jueves, 20 de noviembre de 2008

Me chocan las cartitas

Me chocan las cartitas. Quizás el trauma esté en mi infancia porqué una morra me haya escrito vales mil, nunca cambies y demas cursilerias, para que a final de cuentas ella embarneciera, se diera cuenta de sus atributos y me mandara a la goma por ser un pinche chamaco gordo e imberbe. Pero precisamente, como recomendaría el psicologo al que nunca consultaré, debo de afrontar mi trauma y superarlo.

Por tal motivo he decidido escribir una cartita a uno de los grandes teóricos de la posmodernidad, conocido internacionalmente como el profesor SabeloTona. Es sabido que (mucho antes del internerd) los grandes pensadores han empleado el intercambio epistolar como una forma de confrontar sus ideas y construir el conocimiento mutuamente. No pertenecían necesariamente al mismo grupo epistemiológico, sin duda uno de los claros ejemplos es el de Einstein y Freud. Por tanto, aquí van mis palabras...

Estimado profesor SabeloTona:

Antes de entrar en materia, debo advertir que no todo me choca, pero en algunos casos no puedo evitarlo. Me choca dar explicaciones porque puedo caer en la trampa del sospechosismo. A éstas alturas de mi vida, he llegado a la categoría de "adulto contemporáneo" con un cúmulo de actitudes posmo y con el cascajo de superestructuras que he derribado en fechas recientes.

En los momentos de plácida lucidez que ofrece la meditación casi-zen en el transporte público de la ciudad, me he tomado el tiempo de dirigirle estas líneas para someter a su juicio una duda que aqueja a muchos fans de este blog.

¿Cuál es la diferencia entre chocante y chocoso?

Yo en aquél entonces, en un estado casi-zen, respondí:- mira, es necesario que te claves en la textura y te dejes llevar por tus habilidades culinarias. ¿conoces la diferencia entre crocante y grasoso?

Ahora he llevado la reflexión a un nivel superior, he deducido que el chocante es gordocentrista y el chocoso sufre de ETL. El origen mismo del sistema solar cumple con esta visión. El sol gordocéntrico se jaló a nueve pla-netas (aunque ya descontaron a uno) pa que lo rodearan y por la misma gravedad les cayeron masas de todas formas y tamaños que nomás iban rolando por el universo y le chocaron.

Es por eso que no puedo negarme a la naturaleza de que me choquen las cosas, ahora debo parafrasear al físico antes citado y "permitir que usted ilumine el problema con la luz de su vasto saber acerca de la vida pulsional del hombre".

Me despido, no sin antes enviarle un chocante saludo.


Respuesta oportuna del profesor SabeloTona

Estimado Dodosito (o chocosito):

La diferencia entre chocante y chocoso estriba en que la terminación "ante" implica un mal activo: pedante, farsante, asfixiante, etc. La teminación oso implica un mal pasivo, donde el sujeto es tan inepto que en su acción termina haciendo un "oso" a sí mismo: baboso, mocoso, celoso, etc. Un buen ejemplo radica en la comparación del maleante con el maloso: Al maleante lo padecemos todos, mientras el maloso se padece solo, pues es tan torpe que cuando quiere atracar se resbala y se le dispara la pistola en la pata, no es capaz tan siquiera es capaz de hacer un buen oso, sino un mal oso.

Del mismo modo, el chocante afecta a todos porque nada le parece: cuando pide algo en el restaurante lo regresa, porque la comida está muy caliente o muy frígida (según amanezca su libido), entonces el mesero se enmuina y no atiende su mesa, y los demás comensales tienen que sufrirlo. El chocoso pide algo en la cocina, le gusta, y cuando llega a su casa le hace daño, pues además de chocoso, es achacoso.

Mi consejo es: Se chocante y aléjate del chocoso.
Un abrazo.
Profesor Sabelotona.

Adendum!
En servicio social a la Noche W aquí dejo unos audios:

Facundo Cabral

1 comentario:

Lorem Ipsum dijo...

Ahora resulta que los chocosos son wannabes de chocantes. ¿Hasta dónde vamos a llegar, Dios?